Milángel Ruiz es una venezolana a la que le ha tocado migrar. Primero -siendo niña- desde el estado Vargas hasta el estado Bolívar, luego de la tragedia de 1999 y luego, tras pensarlo mucho, desde Bolívar hasta Argentina.
En su posición de migrante ha vivido los rigores de la soledad, de desespero, del no saber qué hacer, de la separación familiar -incluyendo a los hijos- y todo eso le sirvió para proponerse avanzar sin descanso.
Con esfuerzo, trabajo, disciplina. Con ayuda y formación, convirtió una idea en un proyecto. Hoy regenta dos locales, desde donde despacha donas (donuts) con variadas combinaciones.